Querido lector, has llegado al Sancta Sanctórum de un escritor apasionado. Aquí encontrarás mis novelas, mis Ensayos, mis pódcast, y todo lo que se me vaya ocurriendo con el trascurrir de los días.
Abundaban en Compostela los boticarios y también los especieros que se repartían entre la zona de Platerías, la rúa da Moeda Nova y el Hospital Real. Allí tenían sus boticas en las que preparaban y vendían toda clase de hierbas medicinales con cuya mezcla se sanaban diversas enfermedades.
Los futuros boticarios tenían que superar un mínimo de cuatro años de estudio y un examen que demostrase la eficiencia del aspirante que, además, no podía ser moro, judío o descendiente de tales. Alonso Graña fue uno de tantos que ejerció su buen oficio en la ciudad y otro de tantos que hizo fortuna a costa de hacer y vender medicinas como la recurrida Triaca, empleada como remedio de casi todos los males. Esa fortuna se vio acrecentada por su condición de Maestro de boticarios. En su botica compostelana se formó un buen número de profesionales, ya que el aprendizaje práctico y teórico había que hacerlo junto a un maestro consagrado. La Tríaca Magna fue en su momento la panacea universal para todo tipo de enfermedades. Su fama y prestigio la hizo imprescindible para la cura de todo mal.
Cada día se escriben millones de textos para que sean leídos, pero ni con esas podríamos aseverar que... todo está dicho, y menos, escrito.
Leer, ha llegado a ser para los humanos una necesidad palmaria. Que si las facturas, que si las leyes, que si el periódico, el prospecto de un medicamento, el libro de instrucciones de un electrodoméstico. Se podría llegar a pensar incluso que, esto de leer nos tiene atrapados en una especie de obligación poco atractiva, porque entre tanta información, no es fácil discernir entre lo que pudiera resultarnos interesante de lo simplemente anodino
Pero entonces, ¿qué puede tener de maravilloso la costumbre de leer?
Leer, lo que se entiende por leer, es ir más lejos que nadie, es entrar en los mundos que los sabios nos proponen con su particular visión, contemplar de otra forma el paisaje, aprender a vivir desde otros puntos de vista y aceptar que no estamos solos bajo las estrellas.
Asar Fernan Rodri,
Escritor, investigador y divulgador de la historia de Compostela.
Al menos hasta el día de hoy, mis novelas tienen un denominador común: la ciudad de Santiago de Compostela como escenario y espacio vital por el que deambulan todos mis personajes, ficticios y reales.